martes, 22 de diciembre de 2009

Compré suerte en Doña Manolita


...Pero nada. Y eso que tenía cierta ilusión depositada en el décimo comprado en la administración de Lotería más famosa de Madrid, Doña Manolita. Administración que siempre me recuerda a la canción A la sombra de un león de Ana Belén.






Llegó con su espada de madera

y zapatos de payaso a comerse la ciudad.
Compró suerte en Doña Manolita
y al pasar por La Cibeles
quiso sacarla a bailar un vals,
como dos enamorados y dormirse acurrucados
a la sombra de un león.
Qué tal, estoy sola y sin marido
gracias por haber venido a
abrigarme el corazón.

Ayer a la hora de la cena
descubrieron que faltaba el interno dieciséis
tal vez disfrazado de enfermero
se escapó de cien pozuelos
con su capirote de papel.
A su estatua preferida
un anillo de pedida
le mangó en El Corte Inglés.
Con él, en el dedo al día siguiente
vi a la novia de la gente
que lo vino a detener.

Cayó como un pájaro del árbol
cuando sus labios de mármol
le obligaron a soltar.
Quedó, un taxista que pasaba
mudo al ver cómo empezaba La Cibeles a llorar
y chocó contra el banco central,
y chocó contra el banco central.
y chocó contra el banco

1 comentario:

Eve S. Sevilla dijo...

¡Qué joven estaba el GRAN Sabina!Como se suele decir: aún nos queda el niño.
¡Feliz Navidad! Gracias por tus historias y tus videos que me han acercado un poco a España desde Londres y gracias, también, por leer mis tonterías. Un besito