jueves, 22 de octubre de 2009

Let me sing you a waltz


En el primer post de este blog explicaba que sé que una película me ha gustado si sigo pensando en ella, en los personajes, en la historia, tiempo después de haberla visto. Si ese tiempo es proporcional a cuánto me ha gustado, "Antes del amanecer" de Richard Linklater, tiene que ser una de mis películas favoritas. Debía de tener 13 años cuando la vi. El único recuerdo que mantenía eran los diálogos. Recordaba que me habían gustado mucho, y que eso era lo que más me había llamado la atención. Esta semana he vuelto a verla, porque seguía teniendo la película en la cabeza. Y ahora entiendo lo de los diálogos porque la esencia de la historia se reduce a la conversación entre los dos protagonistas. Es una historia preciosa, que recomiendo encarecidamente.

Dos desconocidos coinciden en un tren. Él, Jesse (Ethan Hawke), un americano que está viajando por Europa tras un desengaño amoroso, debe coger al día siguiente un avión en Viena para regresar a Estados Unidos. Ella, Celine (Julie Delpy) una francesa que regresa a París después de visitar a su abuela en Budapest. Tras compartir una comida en el vagón restaurante, llegan a Viena, donde Jesse debe bajarse. Entonces le pide a Celine que también lo haga, que se quede con él deambulando por la ciudad hasta la hora del vuelo y luego coja otro tren. Así comienza una noche que cambiará sus vidas. Arropados por los paisajes, la película es una sucesión de diálogos, miradas, paseos... Convencidos de que ha sido algo mágico, deciden que no quieren estropearlo con promesas de llamadas que no realizarán o cartas tal vez sin respuesta. Deciden retomarlo justamente donde lo dejaron, en la estación de Viena en la que se despiden para volver cada uno a sus vidas, con la promesa de volver a encontrarse seis meses después. Así termina la historia y la película.


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Y los seis meses se convirtieron en nueve años. Tiempo real que tardó en estrenarse la segunda parte, "Antes del atardecer", y tiempo que transcurre en la vida de los personajes. El mismo director, los mismos actores y contra todo pronóstico, la misma esencia... Ethan Hawke y Julie Delpy se involucraron en el proceso creativo, sugiriendo las posibles vidas de sus personajes en esos nueve años. Ambos, junto al director, fueron nominados al Oscar en 2004 al mejor guión adaptado (la academia considera que toda secuela es una adaptación). Una emotiva continuación que no se entiende ni se valora justamente sin la primera parte de la historia.

Esta vez en París, los protagonistas vuelven a compartir algunas horas juntos antes de que Jesse coja, otra vez, un avión. Otra muestra de buen diálogo, conversaciones y más que nunca, miradas. Ethan Hawke nos regala una intensa interpretación de emoción contenida. No es difícil adivinar lo que siente al ver cómo la mira. Ella, sin embargo, parece más fría... hasta que canta "A waltz for a night"...


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