Casa - saco - copa - parte - teatro... Todos hemos jugado alguna vez a las palabras encadenadas. Ramón y Laura también. La peculiaridad de su partida es que uno de los participantes, Ramón, es un psicópata, y la otra, Laura, su víctima. Ella se encuentra atada a una silla en un viejo sótano del que no parece haber salida. Si pierde, Ramón la matará. Así comienza Palabras Encadeadas, la última obra del grupo teatral gallego Talía Teatro que representan en Santiago de Compostela los días 25 y 26 de junio.
Lejos del humor al que nos habían acostumbrado en obras anteriores como Supermáis, la genial Bicos con Lingua o (mi preferida) Menos Lobos (grandísima Rosi Barcala), Palabras Encadeadas es un thriller psicológico que a través del aparentemente inocente juego, va mostrando las diferentes caras de los dos protagonistas, interpretados por Toño Casais y María Ordóñez. Verdad y mentira se mezclan con la misma facilidad con la que el papel de culpable cambia de manos.
Tuve la suerte de ver la obra el pasado 1 de mayo. Palabras Encadeadas es una obra muy cuidada y en la que los dos actores logran mantener la atención del espectador durante la hora y cuarto que dura la pieza. Y ello sólo es posible por la atmósfera desasosegante de la puesta en escena, por los giros más o menos predecibles, y más o menos creíbles, pero sobre todo, por el buen hacer de dos grandes actores que ya habían demostrado su valor en la comedia y que ahora se reivindican como grandes intérpretes dramáticos.
Dice el personaje de Toño Casais, que en el juego de las palabras encadenadas, cada palabra permite saber mucho sobre quien la dice. ¿Jugamos?
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