domingo, 31 de mayo de 2009

Día mundial sin tabaco



Los ocho millones de muertes al año que provoca el tabaco, lo convierten en la segunda causa mundial de mortalidad. Lo dice la OMS (Organización Mundial de la Salud), que ya en 1987 creó el Día Mundial Sin Tabaco. Desde entonces, cada 31 de mayo, diferentes campañas y spots han intentado concienciar a los fumadores sobre las nefastas consecuencias de este hábito. Algunas, como ésta, con más humor que otras...


sábado, 30 de mayo de 2009

Admitida en el club de las malas madres... sin ser madre


Hoy he estado en la Feria del Libro de Madrid. Fui porque descubrí a media tarde, en la web de la feria , que una de mis escritoras favoritas, Lucía Etxebarría, estaría firmando entre las 18:30 y las 20:30. Eran más de las cinco. Me vestí, y un cúmulo de circunstancias quisieron complicar que llegase a tiempo. Primero perdí el metro. Luego perdí el tren. Mientras esperaba el siguiente, anunciaron por megafonía un problema en la línea, con el consiguiente retraso de, al menos, media hora. Treinta minutos que se convirtieron en cincuenta.

Sólo una fan podría hacerlo...
Llegué a Atocha a las 20:00. Tenía que buscar ahora la caseta 34, y quiso el azar que empezase por la 220. Casi corriendo... pero llegué. Me compré el último libro de Lucía Etxebarría, El Club de las malas madres, una obra coescrita con Goyo Bustos, y dirigida a esas madres que sufren la imposibilidad de conciliar carrera y maternidad. Un libro, pues, tal como recoge la cubierta, que toda madre debería leer. Yo aún no había reparado en eso cuando Goyo me preguntó sorprendido:
-¿Eres madre?.
- No, no - dije yo.
- ¿Eres fan de Lucía?
- Mucho.
- Se te veía en la cara.
Lo decía Goyo porque mientras Lucía firmaba un libro, justo antes de que me tocase el turno, él esperaba paciente para hacer lo propio. Pero yo, mirando a Lucía, ni me había percatado de que Goyo estaba esperando, hasta que una amiga que me acompañó me dio un codazo. Reaccioné.
- Goyo, ¿me lo puedes firmar?
Amablemente lo tomó, escribió su dedicatoria y le pasó el libro a Lucía, diciendo bajito: "Toma, es para Lorena. En fan tuya".
Así se explica lo que Lucía me escribió...



Y de regalo, una camiseta. Gracias. Gracias a los dos, pese a sentirme un poco absurda con un libro para madres en mis manos. Ya con más calma, he terminado de leer la cubierta (el libro aún no lo he comenzado) y me alegro de que aunque el libro lo deberían leer todas las madres, convendría que leyeran, ya de paso, sus parejas, sus familiares y sus amigos. Ahí sí me incluyo. Ya formo parte del club.

viernes, 29 de mayo de 2009

Una Historia Verdadera


Hace tiempo (mucho) que quería ver Una historia verdadera, de David Lynch. Y por fin, gentileza del diario Público, hace tan sólo unos días he podido hacerlo. Había visto el tráiler en repetidas ocasiones y en mí había quedado la idea de que esta película se alejaba del estilo del genial (e irreverente) cineasta; pero sólo tuvieron que pasar unos minutos, para que el universo Lynch hiciese acto de presencia. Sin embargo, que nadie busque sus lugares comunes. En este caso, como en el resto, lo más recomendable es sencillamente disfrutar, ya sea de una sucesión de imágenes oníricas y giros inexplicables, o como en esta ocasión, de una historia hermosa, conmovedora... y verdadera.

La calificación de muchos críticos como obra maestra y las ganas que tenía de verla crearon tal vez en mí unas expectativas que me han desbordado. Pero las películas se merecen un tiempo de reflexión. Hay que digerirlas. Mi instrumento de medición es el tiempo que logran seguir golpeándome, atormentándome, entristeciéndome o haciéndome reir... con el paso de los días más que con los títulos de crédito. Porque lo que gusta, no deja indiferente, ni en el momento, ni tiempo después. Es obvio que Una Historia Verdadera es de las que llegan.



Y como el mundo está lleno de historias verdaderas...
La película, en el fondo, es sólo una excusa para inaugurar este sitio, mi pequeño balcón al mundo, como un faro en el mar, una mirada selectiva, caprichosa, tal vez injustificada, de historias (casi todas) verdaderas.